En
esta tercera actividad de la asignatura tuvimos que llevar a cabo las tres
estrategias que os conté en el desarrollo del tema expuesto anteriormente;
lectura, narración con libro o cuentacuentos. A cada persona le tocaba una de
estas tres estrategias.
En
mi caso, me tocó la estrategia de cuentacuentos.
Nunca
había hecho esto, y para mi personalmente era todo un reto, ya que soy
demasiado vergonzosa a la hora de hablar en público. Fue algo que me aportó
muchas cosas positivas.
Para
hacer el cuentacuentos escogí el libro de “La ballena cantora” perteneciente a
los clásicos Disney. Era uno de los pocos cuentos que encontré por mi caja de
cosas de cuando era pequeña.
Para
prepararme el cuentacuentos, estuve dos días “ensayando” frente al espejo para
ver como eran mis gesticulaciones y para quitarme un poco la vergüenza.
Llegó
el día del cuentacuentos, y al principio estaba un poco nerviosa, por eso les
pedi a las compañeras con las que me tocó en el grupo que comenzarán ellas. Cuando
me tocó, empecé bien, pero de los nervios se me olvidó un detalle importante
del cuento, y tuve que volver a empezar. Fue un poco desastre esa primera vez.
Aunque mis compañeras me dijeron que lo había hecho muy bien, que la entonación
y los gestos estaban adecuados. Y que la duración del cuentacuentos, desde su
punto de vista, estaba correcta. Que se me notaban los nervios, pero que en
general el cuentacuentos había estado muy bien.
Al
decirme esto me tranquilizaron un poco más, y cuando pasé a contarle el cuento
al siguiente grupo ya iba con mucha más confianza. Esta vez me tocó comenzar,
pero no me importó. Me levanté de la silla, y comencé a contarles el cuento. Esta
vez me sentí mucho mejor. Mis compañeras en este caso me dijeron que les había
gustado mucho como lo conté y que lo había vivido mucho a la hora de contarlo. Algo
que me llenó de orgullo, ya que había conseguido “quitarme” la vergüenza y
dejarme llevar a la hora de contarles el cuento.
El
cuentacuentos lo hice varias veces más, pero ya no me costó nada hacerlo, y me
sentía muy bien contándolo.
Desde
mi punto de vista, ha sido una actividad que me ha proporcionado mucho como
futura maestra, ya que me ha enseñado a superar esos “miedos”, y por supuesto,
a saber como llevar un cuentacuentos al aula.
En
definitiva, creo que actividades como estas deberían hacerse más a lo largo de
la carrera.
Perfecto.
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