sábado, 19 de mayo de 2012

Actividad tema 3. Cuentacuentos.


En esta tercera actividad de la asignatura tuvimos que llevar a cabo las tres estrategias que os conté en el desarrollo del tema expuesto anteriormente; lectura, narración con libro o cuentacuentos. A cada persona le tocaba una de estas tres estrategias.
En mi caso, me tocó la estrategia de cuentacuentos.
Nunca había hecho esto, y para mi personalmente era todo un reto, ya que soy demasiado vergonzosa a la hora de hablar en público. Fue algo que me aportó muchas cosas positivas.
Para hacer el cuentacuentos escogí el libro de “La ballena cantora” perteneciente a los clásicos Disney. Era uno de los pocos cuentos que encontré por mi caja de cosas de cuando era pequeña.
Para prepararme el cuentacuentos, estuve dos días “ensayando” frente al espejo para ver como eran mis gesticulaciones y para quitarme un poco la vergüenza.

Llegó el día del cuentacuentos, y al principio estaba un poco nerviosa, por eso les pedi a las compañeras con las que me tocó en el grupo que comenzarán ellas. Cuando me tocó, empecé bien, pero de los nervios se me olvidó un detalle importante del cuento, y tuve que volver a empezar. Fue un poco desastre esa primera vez. Aunque mis compañeras me dijeron que lo había hecho muy bien, que la entonación y los gestos estaban adecuados. Y que la duración del cuentacuentos, desde su punto de vista, estaba correcta. Que se me notaban los nervios, pero que en general el cuentacuentos había estado muy bien.

Al decirme esto me tranquilizaron un poco más, y cuando pasé a contarle el cuento al siguiente grupo ya iba con mucha más confianza. Esta vez me tocó comenzar, pero no me importó. Me levanté de la silla, y comencé a contarles el cuento. Esta vez me sentí mucho mejor. Mis compañeras en este caso me dijeron que les había gustado mucho como lo conté y que lo había vivido mucho a la hora de contarlo. Algo que me llenó de orgullo, ya que había conseguido “quitarme” la vergüenza y dejarme llevar a la hora de contarles el cuento.

El cuentacuentos lo hice varias veces más, pero ya no me costó nada hacerlo, y me sentía muy bien contándolo.

Desde mi punto de vista, ha sido una actividad que me ha proporcionado mucho como futura maestra, ya que me ha enseñado a superar esos “miedos”, y por supuesto, a saber como llevar un cuentacuentos al aula.
En definitiva, creo que actividades como estas deberían hacerse más a lo largo de la carrera.

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