En
este tercer tema trataré de contaros qué es eso de la hora del cuento, qué
aspectos abarca, y por qué es importante en el aula de infantil entre otras
muchas cosas…
En
primer lugar, os preguntaréis que, ¿Qué
es la hora del cuento?...
Pues
bien os diré que se trata del momento para trabajar con libros y cuentos, y que
incluye ambientación y otra serie de cosas. Se puede realizar con los profes,
los abuelos, los padres o cualquiera que queramos invitar a nuestra aula.
Incluye
desde una actuación del adulto hasta la lectura por los propios niños.
En
esta hora se trabajará el interés de los niños por la lectura mediante
animaciones, Cuentacuentos, narraciones, lecturas, teatrillos, etc. Es una hora
general de toda la clase, es decir, no podemos hacer pequeños grupos, si no que
tienen que estar todos presentes. Debemos crear un gran grupo.
Es
el momento dónde les ofrecemos a nuestros más pequeños el acercamiento a la
literatura.
Y…
¿Qué aspectos abarca esta hora del
cuento?
La
hora del cuento abarca tres grandes estrategias;
- La lectura. Leer un cuento es recorrer un texto, expresando
lo que se dice. Mientras que se lo leemos, no debemos enseñarles las imágenes,
para que ellos sean capaces de imaginar todo aquello que le estas leyendo.
A
la hora de hacer una lectura tenemos que tener en cuenta que sea un buen libro,
artístico, la longitud del cuento etc. Es un modelo lector para el niño.
Normalmente,
los libros destinados a la lectura son los de autor.
Esta
estrategia está recomendada para los niños de segundo ciclo de infantil, ya que
los de primero son muy pequeños.
- La narración con libro. Consiste en contar un libro, el libro tiene que
estar en la mano para que según vayamos contándoselo podamos enseñarles las
imágenes a los más pequeños.
Se
lo contamos a los niños haciendo referencia a las imágenes de forma que se
trabaja entre otras cosas el razonamiento icónico.
Su
objetivo es que los niños disfruten, no enseñar.
Necesitamos
libros en los que las imágenes sean muy buenas, es decir, que sean expresivas,
que estén bien secuenciadas, que expresen sentimientos etc.
Esto
hace que los niños presten mucha más atención, ya que reciben información tanto
por vía visual como por vía oral.
Es
la que más se utiliza en el primer ciclo.
- El cuentacuentos. Esta estrategia consiste en contar un cuento sin
apoyo visual, es decir, con la palabra debemos transmitir todas las emociones
que lleva la historia que estas contando.
La
ventaja de esta estrategia es que podemos adaptarlo con nuestros gustos,
saltándonos las partes que pensamos que son más aburridas para los más
pequeños, deteniéndonos en lo más emocionante etc.
Estos
cuentos suelen ser o inventados por el narrador que los cuenta, o son cuentos
folclóricos adaptados a los más pequeños.
Esta
estrategia es la que más desarrolla la imaginación y creatividad de las tres.
Estas
tres estrategias las debemos alternar.
¿Por qué es importante la hora del
cuento en el aula?
La
hora del cuento en el aula es importante porque, lo primero, desarrolla la
imaginación y creatividad de los niños. El cuentacuentos es la estrategia
que más desarrolla la imaginación del niño. Y en cuanto a la creatividad, se
desarrolla mucho cuando le hacemos preguntas al niño sobre el cuento.
Enriquece
el vocabulario de los pequeños, es
decir, se da un desarrollo lingüístico en general. Se desarrolla el aspecto
semántico (significados), fonético (pronunciación de palabras), morfosintáctico
y el acto comunicativo.
Además
se les inculca a los niños el gusto por la literatura. Este gusto por la literatura
lo podemos dividir en tres; el gusto por la literatura, el gusto por
los libros (que respeten y cuiden los libros) y el gusto por la lectura
(cuando aprenda a leer él podrá hacerlo sólo).
Otro
aspecto importante es que aprenden el valor de saber escuchar, y no
interrumpir cuando otro está hablando. En este aspecto los adultos debemos
saber hasta donde nuestros pequeños son capaces de escuchar, que es aquello que
les gusta y van a escuchar etc.
Junto
con el saber escuchar, también viene unido el prestar atención. La
atención de niño va a lo que más le interesa de aquello que le estas contando.
Dentro
de la atención, otro aspecto que se trabaja es la memoria, ya que esta
les ayuda a relacionar ideas.
Estos
dos aspectos son la base de la comprensión.
También
desarrollamos que los niños sean capaces de extraer ideas y relacionarlas.
Esto como he dicho anteriormente tiene que ver con la memoria, la atención etc.
Gracias
a esta hora del cuento, conseguimos que los niños sean capaces de identificarse
con los personajes, y sobre todo con el protagonista. Además de esto
también conseguimos que los niños empaticen con el otro, es decir, que se
pongan en el lugar del otro. Los niños son capaces de empatizar con
personas que no son de su edad.
A
través de esta hora los niños descubren cosas en los libros y en las
historias que desconocían. Y aprenden valores, que de alguna forma están
implícitos en los cuentos.
Y
por último, y no menos importante, favorecemos el desarrollo de la lógica.
Cualquier cuento tiene una base lógica (“toda causa tiene una consecuencia”), y
esto ayuda a trabajar el razonamiento lógico.
Tras
saber por qué es importante la hora del cuento, habría que saber que preguntas debemos hacerles a los niños
antes, durante y después del cuento.
Lo
primero de todo, las preguntas de antes y después del cuento se deben hacer, y
las preguntas durante el cuento sólo si proceden.
Las preguntas de antes del cuento. Antes debemos presentar lo que vamos a contar con
una breve introducción.
Debemos
hacerles preguntas en relación con el título, motivarles, y hacerles que
participen en ese momento de “coloquio” antes de comenzar el cuento.
Las
preguntas pueden ser por ejemplo, ¿Habéis visto alguna vez un ratón?, ¿Habéis
montado en avión? ¿Y que tal fue la experiencia? Etc.
Las preguntas durante el cuento. Solo preguntaremos cuándo sea necesario.
Debemos
realizar preguntas retóricas, y hacerles participes para que se metan en la
historia que les estamos contando.
Las preguntas después del cuento. Debemos empezar siempre con lo valorativo
(subjetivo), es decir, qué os ha gustado, qué personaje os gusta más o menos,
con quién os identificáis…
Pero,
y ¿no os preguntáis como debemos empezar
o finalizar un cuento?
Creo
que es una de las partes más importantes de este tema junto con otras.
Siempre
solemos comenzar todas las historias con el mítico "Había una vez", sin
embargo, hay muchas maneras en las que podemos comenzar nuestras historias o
cuentos.
Es
bueno tener un repertorio de frases de comienzo y de final ya que así evitamos
caer en la repetición, si tenemos que contar varios cuentos a las mismas
personas.
Aquí
os puedo dejar una serie de comienzos, que quizá sirvan de alternativa
al “dichoso” “Había una vez”;
- Érase una vez, y
mentira no es…
- En cierta ocasión…
- Ni aquí ni en
ningún lugar vivía…
- Esto era una vez
que yo sabía un cuento pero se me quedó dentro y no me acuerdo, voy a ver
si me sale otra vez…
- Cuando los
animales hablaban…
- En tiempos de
Maricastaña…
- Un día mi abuela
y mi abuelo me contaron que…
Y
con los finales de los cuentos pasa algo parecido. Solemos caer en la tentación
de terminar una narración con el conocidísimo "Colorín colorado".
Pero no siempre esta frase es la más adecuada.
Hay
cuentos que no deberían terminar con un "Colorín colorado". Si
estamos presentando un libro muy bueno, con este final podríamos estropear todo
aquello que habíamos conseguido que “deslumbrara”.
Por
ello, aquí también os dejo algunos finales, que para no caer en la
tentación del “colorín colorado” podemos usar;
- Con dragones y
princesas y castillos encantados, el que no levante el culo se le quedará
pegado.
- Esto es verdad y
no miento, como me lo contaron te lo cuento.
- Y se acabó este
cuento con sal y pimiento.
- Vivieron felices,
comieron perdices, y a mí me dieron con un hueso en las narices.
- Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra vez
cierra los ojos y cuenta hasta tres.
- Y así se cuenta y
se vuelve a contar, este cuentecito de nunca acabar.
- Cuento contado ya
se ha acabado, y por la chimenea se va al tejado.
Otro
aspecto importante en este tema de la hora del cuento son los temas que entran
en discordia entre los diferentes narradores:
¿Se deben enseñar las imágenes?, y ¿Se cambian
o no las voces de los personajes?
En
cuanto a la primera pregunta, podría decirse que como he dicho anteriormente a
la hora de narrar el cuento si debemos enseñarlas, pero cuando sólo lo estamos
contando, es decir, que estamos haciendo una lectura no se debe.
Si
en la lectura queremos enseñar las ilustraciones podemos hacer varias cosas;
Leer
primero la historia y después enseñar las imágenes o ilustraciones o leerlo
señalando cada una de las ilustraciones. También podemos escanear las imágenes
del cuento, recortarlas y pegarlas por un lado del texto, y por otro la imagen,
para que mientras se lee los niños visualicen las ilustraciones.
Y
respecto a la segunda cuestión planteada, en la lectura no se deben cambiar las
voces de los personajes.
En
las narraciones y cuentacuentos podemos o no cambiarlas, esto no afecta al
cuento.
Los
niños no lo necesitan ni para estar más atentos ni para comprender mejor el
cuento.
Los
acentos son útiles en el segundo ciclo de infantil, pero en el primero apenas
se dan cuenta ya que son muy pequeños para diferenciarlos.
Y
por último, y no menos importante… ¿Cuál
es el papel del maestro o maestra en esta hora del cuento?
El
cuento se narrará realizando una pronunciación correcta, pausada, ya que esto
facilitará la audición de los más pequeños.
Tenemos
que emplear un tono de voz media, que nos permita el susurro y el grito,
utilizando diversas inflexiones de voz para expresar los distintos
sentimientos, variar las entonaciones y contar como si lo estuviéramos
viviendo.
La
narración la debemos vivir, es decir, debemos expresar todas aquellas emociones
que aparezcan en la historia que les estamos contando. Se debe preparar detallistamente
su actuación, esto quiere decir que debemos cuidar cada detalle, adecuando el
relato a los que nos están escuchando, utilizando palabras expresivas y
motivadoras.
Debemos
tener una actitud amable, y yo diría que hasta cariñosa, sin perder de vista en
ningún momento a los niños.
El
maestro debe narrar con los niños a su alrededor, en semicírculo, nunca detrás,
para que los niños puedan observar todas los gestos que hace.
Es
recomendable que mire a todos buscando la expresividad, captando la atención de
los más pequeños, y logrando una compenetración íntima.
El
narrador será el encargado de cuidar con precisión el ritmo, el gesto, la pausa
que marca el final de cada frase, cerrar las descripciones, aumentar la intriga
del desenlace, asegure el buen orden de la narración, ofrezca al niño la
oportunidad y el tiempo necesario para asimilar lo que acaba de escuchar y
aumente el deseo de escuchar lo que viene a continuación.
Ya
que estamos tratando con niños pequeños el vocabulario del cuento debe ser claro,
sencillo, lógico, con entusiasmo y naturalidad, haciendo que el interés crezca
progresivamente, velozmente, para terminar con un final efectivo.
Pero
no sólo cuenta la voz. Los gestos envuelven, enganchan, impresionan; los ojos
atraen la atención; las manos captan el interés, imprimen fuerza y
expresividad.
Y
por supuesto, no hay que olvidarse del tiempo que pueden estar los niños escuchando,
porque saben hacerlo, pero a partir de los 15 minutos dejan de escuchar y no se
enteran, o dejan escapar muchos detalles.
La
primera vez que les contemos o leamos un cuento, no se van a enterar de todos
los contenidos de éste, puesto que la atención de cada alumno es diferente, y
cada uno de ellos se fija en unos aspectos que otros quizás dejen escapar, por
eso muchas veces nos pedirán que les volvamos a contar el mismo cuento varias
veces.
Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado, y si quieres que te lo repita dime
sí y grita.
Enlaces
web interesantes:
Webgrafía.
En
este tema, como en el anterior, me he apoyado de mis apuntes tomados en clase,
y además de las siguientes webs;